
De las palas a los electrodos: los 6 motivos principales para hacer el cambio
Los electrodos autoadhesivos para desfibriladores son recomendados por las directrices de la Asociación Estadounidense de Cardiología (AHA) desde 2005 y elegidos como opción de preferencia frente a las palas en las directrices europeas sobre reanimación en 2015. En lo que respecta a la reanimación, los electrodos autoadhesivos tienen beneficios que las palas externas no pueden proporcionar, lo que ayuda al equipo a ofrecer una asistencia de la mejor calidad posible.
1) Reducción del riesgo: los electrodos autoadhesivos son desechables, lo que reduce el riesgo de infecciones cruzadas. Los profesionales pueden permanecer a una distancia segura del paciente durante la desfibrilación, y de esta forma, evitar recibir una descarga accidental.
2) Mejora del rendimiento: los electrodos se pueden colocar previamente para que la descarga sea más rápida como así también la transición entre los distintos modos de tratamiento (DEA, manual, electroestimulación). Además, eliminan la variabilidad intra-operador en lo que respecta a la técnica de desfibrilación y ofrece una mejor unión a la piel para garantizar que la descarga sea más efectiva.
3) RCP de mayor calidad: se consigue mayor fracción de compresión torácica, mejor retroceso del pecho y disminución del tiempo sin flujo.
4) Mejora la atención del paciente: los sensores de RCP integrados a los electrodos ofrecen información de las compresiones en tiempo real, una característica que ha demostrado incrementar hasta 25,6% la supervivencia hasta el alta hospitalaria en personas que sufren parada cardíaca hospitalaria.
5) Recomendación de las guías: la AHA lleva recomendando los electrodos autoadhesivos como clase IIa desde 2005. Las recomendaciones de ERC también incluyen a los electrodos autoadhesivos como práctica habitual.
6) Elemento fundamental para mejorar la calidad: los electrodos autoadhesivos de ZOLL Medical Corporation permiten registrar datos de RCP para utilizarlos en análisis de casos basados en datos, lo que se ha demostrado que mejora la calidad de las RCP.